Liam Sigaud, del Instituto Americano del Consumidor, escribe que, al estudiar reformas del sector de los préstamos de bajo importe, los legisladores deben actuar con cautela para evitar limitar el acceso al crédito de los grupos de población más vulnerables. La Oficina de Protección Financiera del Consumidor anunció recientemente que reevaluará su propuesta de norma por la que se exige a los prestamistas que certifiquen que el beneficiario de un préstamo es capaz de devolverlo. La aplicación de esta disposición sobre la suscripción de préstamos estaba prevista para finales de este año. Sigaud sostiene que una regulación mínima y una competencia vigorosa ayudarían más a los consumidores que una normativa gubernamental que favorezca a los grandes prestamistas en detrimento de las nuevas empresas prometedoras. Añade que la mayoría de los consumidores entienden las condiciones y son capaces de devolver sus préstamos. Aunque seguir educando a los consumidores es importante, concluye Sigaud, "millones de estadounidenses estarían peor sin acceso a los préstamos de bajo importe."

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