Especialmente cuando la economía en general se enfrenta a una recesión, los consumidores luchan por recuperarse de los errores financieros. Los prestamistas y concesionarios de automóviles tratan de proteger a los clientes de los riesgos financieros que podrían impedirles comprar un vehículo, y muchos están difundiendo recursos educativos para ayudar a sus clientes y mitigar posibles pérdidas.
Cuando se restringe el crédito para la financiación de vehículos y aumentan los costes de las transacciones, muchos clientes optan por abandonar el mercado de vehículos nuevos o se ven excluidos de él. Los expertos afirman que los concesionarios y los prestamistas deben ser creativos para atraer y retener a los clientes en tiempos de tensión económica, asegurándose de que están en condiciones de pagar el vehículo que desean o necesitan.