El volumen de llamadas robadas ha alcanzado un ritmo frenético, incluso cuando la Comisión Federal de Comunicaciones estudia cómo regular la actividad después de que los tribunales rechazaran su último conjunto de protecciones al consumidor. Sin embargo, la Cámara de Comercio de EE.UU. y otros intereses empresariales advierten de que unas nuevas normas demasiado onerosas que dicten cómo pueden llegar a los consumidores podrían tener consecuencias no deseadas. Por un lado, argumentan, las empresas se verán impedidas de facilitar información útil a los clientes con los que ya mantienen relaciones; por otro, podría sentar las bases para más litigios. Por ejemplo, los observadores dicen que más consumidores podrían demandar si se les llama por error cuando una empresa está intentando cobrar una deuda; pero a los prestamistas "no les interesa ni les beneficia llamar a la persona equivocada", replica Winfield Crigler, de la Student Loan Servicing Alliance.

Washington Post (07/12/18) Tony Romm

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